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"Distopia" mundo de ficción o quizás una realidad.

El término distopía se ha generalizado a la hora de abarcar subgéneros de ciencia ficción.  En ocasiones se consideran distopías la ficción post apocalíptica,  ciberpunk y otros géneros.  A pesar de que el término se ha extendido,  lo adecuado es delimitar los  elementos que son específicos del género más puro, el que consideramos como anti utopía.

 Robinson  Wells, famoso escritor norteamericano de ciencia ficción distópica,  destaca los elementos que aunque no tienen que estar todos presentes,  son tan comunes que definen el género.
Para Wells  el modo de organización de la  sociedad juega un papel fundamental en la historia. Posiblemente este es el elemento esencial que caracteriza una narración distópica. La sociedad no es  solamente  un telón de fondo, actúa de fuerza impulsora para  los personajes y la trama. Una verdadero distopía presenta una sociedad utópica  con un defecto fatal.



La sociedad que garantice una completa seguridad. Debe contar  con  fuertes elementos de control,  esto conlleva   falta de libertades. Como la vigilancia constante, con la consiguiente falta de privacidad,  o la falta  de opciones individuales en  decisiones que beneficien al grupo en su conjunto.
Un ejemplo de esto lo encontramos en los juegos del Hambre. La falta de libertad convierte el juego en algo obligatorio.  Los juegos se utilizan como una máquina de propaganda para controlar y dominar todos los distritos.
Otro elemento bastante común es la que la sociedad tiene la información restringida.  Esta característica es más evidente en algunas distopías, como en 1984 , donde el protagonista  tiene que  editar y alterar la historia, o en Fahrenheit 451, donde los bomberos queman libros por el ” bien de la humanidad ”
Aunque en  otras narraciones distopías no existe una preocupación tan evidente  por la censura o el revisionismo histórico, casi todas ellas controlan la información, ocultándosela al  público.
En muchos distopías, además de las libertades, los ciudadanos son despojados de su propia esencia. Perdiendo por tanto su condición humana.  Ejemplos de ello los encontramos   En The Giver, donde  los ciudadanos han perdido la capacidad de experimentar placer o dolor o en  Un mundo feliz donde se anima a los ciudadanos a tomar medicamentos para tranquilizarlos  y distraerlos.

El fin de la sociedad, en las distopías, siempre es construir un mundo perfecto donde se viva de una forma estable, haya igualdad y paz. Muchos de los individuos que forman parte de estas sociedades están convencidos que realmente la organización social ha tenido éxito que se trata de una utopía. Solamente los rebeldes y en muchos casos los  protagonistas de las narraciones descubren el horror de su propia sociedad.




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